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Texto ganador del Concurso de Microrrelatos "Reinventa los clásicos literarios" de la editorial Vinces Vives.

Mírame.

Puedes contemplar ante ti, cientos y cientos de años que han dejado un surco de maldad y acoso en mi persona; o en mi animal, en todo caso. Cientos y cientos de mentiras que se convierten en historias, historias que se transforman en cuentos, cuentos que se transforman en prejuicios.

Te has burlado de mí. Me has juzgado, me has humillado hasta lo más profundo aprovechándote del miedo de los ignorantes. Y así he malvivido entre Caperucitas inocentes y tiernos cerditos, entre cándidos pastores,… ¡Cuánto daño puede hacer un señor de aldea llamado Pedro!

De la noche para la mañana, empecé a ser el señor “Feroz”. Sin posibilidad alguna de mostrar mi lado más tierno, pues hasta eso me arrebataste. Si las cabritas más dulces pasan la patitas por debajo de la puerta, yo sólo puedo ser el feroz, la bestia.

Mírame.

¿Es que mis ojos, sí, mis grandes ojos; no te muestran la tristeza y la soledad del desterrado, del que todo el mundo repudia? ¿Es que mis dientes, no pueden si no morder la calumnia que contra mí se aqueja? Durante años he sido aquel que por su aspecto ya es el enemigo del pastor, aquel que por tener hambre debe ser abatido para que reine la justicia. A palos, quemado, hervido en una gran olla,… ¿Qué más tengo que soportar?

Mírame.

¿Acaso crees que necesito una piel de cordero para parecer mejor, para hacerme el selfie más políticamente correcto? Porque tú, me prefieres así, ¿verdad? Ladino, sombrío, o en todo caso, bobalicón, para poder mostrarte superior. Y con superior me refiero a moralmente por encima. ¿Por qué si no, habrías inventado esa chorrada del licántropo? Esa estupidez de un hombre que es hombre, pero cuando la luna llena asoma se convierte en lobo, como la más grande de las tragedias. Pero nunca en un buen lobo, que ama a su manada, que lucha por defenderla. No. Más bien, un lobo que es bestia, que es miedo, y con este miedo tú ya eres mejor.

Mírame y escucha lo que te tengo que decir.

Puede que durante años me hayas deshonrado, pero yo no caeré en tu juego, en tus garras. No soy la bestia que haces ver que soy. No soy tu demonio, ni el de otros animales. Soy lo mismo que tú, con igual reputación y taxonomía. Así que la próxima vez que decidas hacer de mi supervivencia una historia, recuerda que las tuyas se estrenan en los mejores cines.

Firmado: #LoboQueLlevasDentro

Reinventa los clasicos, ganadora del certamen Elvira Fernández Pena

Microrrelato

CUANDO NO NOS NECESITAN.

 

En el limbo de las cosas, el viejo sillón de escay, apenado, se lamentaba de su suerte embriagado de recuerdos. Su juventud en la tienda de decoración de moda de la ciudad, su llegada al hogar, los primeros cojines, la luz del sol que incandescente se le deslizaba por las mañanas entre sombras de plantas,… Anciano y achacoso de cargar pesos, se sentía inútil y decrépito. El hecho de dejar su sitio sin penas ni glorias, hacía más generoso su pesar y su sentimiento hundido.

Cuando apareció ante sí la mesa de madera cuadrada del antiguo salón, su ánimo se elevó en súbita estampida de rubor y de euforia. ¡Su vieja amiga!, en aquel extraño trastero inmenso, bordado de historia y anhelos evocadores de mejores tiempos.

Y sin más, no hubo otro consuelo en las parcas palabras de la mesa de madera al verse en tal situación. “No es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita”.

Fragmento de obra sin publicar

CREACIÓN.

...En cuanto al comienzo, este relato no pretende ensalzar al Dios ni al hombre, ni al político ni al agricultor. Si bien tiene que haber una forma de comenzar las cosas, este reato pretende ensalzar la nada, sin la cual el todo jamás sería posible. La nada que genera ideas, la nada que promueve el inicio, la nada que no conocemos ni imaginamos, la nada incolora y anodina; que un día se llena de una pequeña gota de algo que todo lo impregna y salpica un universo de cosas invisibles a primeras instancias.

Este relato, por ensalzar, ensalza a aquellos que crearon de la nada, que idearon desde cero, que concibieron e instauraron sus bases en cimientos sin pies. Ensalza a quienes tanto erraron como bien hicieron, pues no siempre lo que de la nada surge es bueno, pero siempre es único.

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